El estrés crónico que sufren las gallinas en la producción avícola intensiva compromete el bienestar animal y la productividad. Esta inflamación crónica reduce la postura hasta un 10% y disminuye la calidad del huevo. Las soluciones actuales son limitadas: los antibióticos están en desuso por restricciones regulatorias, mientras que los suplementos orales, aunque útiles, tienen una eficacia inconsistente por la dificultad de dosificar de forma uniforme.
A partir de proyectos de I+D en la Universidad de Antioquia, nuestro equipo científico ha desarrollado una tecnología de inmunomodulación, con patente en trámite: una inyección de microcristales de curcumina. A diferencia de las vías orales, la inyección crea un depósito que funciona como un ‘gimnasio inmune’, entrenando a las células para adoptar un perfil antiinflamatorio y mejorar la resiliencia del animal.
Nuestra solución fortalece al ave desde adentro, mejorando su bienestar y convirtiendo esa resiliencia en rentabilidad sostenible.